MONSEÑOR CUBÍAS, IN MEMORIAM

Monseñor Antonio Cubías Contreras, Nació en Verapaz,el 18 de Abril de 1909. Su padre se llamaba Antonio Cubías y su madre Elvira Contreras. Fue Bautizado el 25 de Abril de 1909. Recibió su confirmación el 9 de Julio de 1914. Ordenado sacerdote el 13 de octubre de 1935. Su labor pastoral la relaizó como Tesorero,Vicario General y Secretario de la Diócesis. Fue delegado de las Obras Misionales Pontificias en la Diócesis de San Vicente. Se desempeñó como Capellán de la Penitenciaría de San Vicente, fue párroco de Santa Tecla, San Padro Perulapán, Chalatenango, Quezaltepeque, San Padre Nonualco, Tecoluca, El Suantuario de Nuestro Señor de Esquipulas y de la Catedral de San Vicente. Recibió el título honorífico de Monseñor en 1966. Y residía en la Casa Generalicia de las Hermanas de Nazaret,en Santo Domingo, departamento de San Vicente.*

Fueron casi 101 años de vida en este mundo, lo que le constituía en el sacerdote más antiguo de la diócesis de San Vicente, con casi 75 años de vida sacerdotal, los cuales iba a cumplir precisamente en este año, el 13 de octubre. Su generosidad no sólo la vivió entregando su tiempo y vida, sino también sus herencias, fue quien donó los terrenos en donde hoy se levantan instituciones claves para nuestra Diócesis como el Seminario Mayor de la Inmaculada, lugar que de finales de los años ochenta hasta el 2006, sirvió como casa de nuestro seminario Menor Pío XII. También donó el terreno donde están actualmente las oficinas de Cáritas Diocesana, así como también donde se encuentra el Complejo Educativo Católico La Santa Familia.

Desde la muerte de su hermana Águeda, pasó sus últimos años de vida bajo el cuidado de las Hermanas de Nazareth, Congregación fundada por nuestro Obispo Emérito, Su Excelencia Monseñor José Oscar Barahona Castillo. Su salud vino empeorando poco a poco, daba esperanzas de alivio, y luego tenía sus recaídas. Cuando uno le visitaba siempre tenía su firme voz y seguridad al hablar. Será recordado por su infaltable sotana negra que casi siempre portaba y su servicio a la Diócesis.

En el marco de este año Sacerdotal, el ejemplo de Monseñor Cubías debe animarnos a confiar de que sí se puede ser fiel en el sacerdocio hasta el final de la vida. Monseñor Cubías vivió sus úlitimos años en silencio, en el silencio de la sencillez; tan silenciosos fueron estos sus últimos años que incluso hay muchos y muchas que pensaban que ya había muerto, para otros ésta noticia les causará sorpresa y se preguntarán que si quién era él, pues ni si quiera han oído hablar de él o no le conocieron. Lo cierto es que su legado ha quedado y su trabajo ha colaborado para que el Reino de Dios se siguiera instaurando en este mundo. Quizás podrán existir equivocaciones, defectos, pero lo más importante es que en Monseñor Cubías, se vio el deseo de "vencer el mal a fuerza del bien"

Su estado de salud empeoró con demasía en estos últimas semanas; antes de iniciar la Semana Santa estuvo internado en el Hospital Santa Gertrudis de San Vicente, luego pasó a la Casa Generalicia de las Hermanas de Nazaret, pero su salud no mejoraba y por esa razón fue internado en el Hospital Militar de San Salvador; sin embargo, su estado era crítico. El Padre Eterno lo Llamó dentro de la Octava de Pascua, después del Domingo de Resurrección, el martes 6 de abril pasado. Sus restos fueron velados en la Casa Generalicia de las Hermanas de Nazareth,estuvo en capilla ardiente el miércoles 7 de abril en la Catedral de San Vicente, en donde llegó mucha gente, la Santa Misa concelebrada de cuerpo presente fue a eso de las 2.15 de la tarde. Estuvo presente el Señor Obispo de San Vicente, su Excelencia Monseñor José Elías Rauda; junto con el Señor Arzobispo, Su Excelencia Monseñor José Luís Escobar, hubo una buena presencia de sacerdotes concelebrantes, alrededor de veinte presbíteros venidos de toda la diócesis y otros que se unieron a la hora del entierro.La Iglesia Catedral estaba en un 75 % de su lleno total, fieles, religiosas, alumnos de colegios católicos y los familiares de monseñor Cubías, estuvieron presentes en una celebración llena de esperanza, sabiendo que el Señor Resucitado, dará recompensa a tan buen siervo. El canto lo llevaron las Hermanas de Nazaret., con un coro que sobrepasaba las 30 hermanas. Monseñor Cubías fue sepultado en la Capilla del Seminario Mayor de la Inmaculada.

Que Dios bendiga y recompense toda la vida de Monseñor Cubías, que en paz descanse.


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* Los datos aparecidos en este primer párrafo han sido trasliterados del Directorio de la Diócesis de San Vicente (2009), que editó el presbítero Edgardo Antonio Rodríguez, sacerdote de nuestra diócesis, que actualmente se encuentra realizando misión en el Vicariato Apostólico de Bluefields, Nicaragua.


AFICHE DE CONVIVENCIAS 2011

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