(El P. Edgardo, sacerdote de la Diócesis de San Vicente, con los guías hacia una comunidad. Según nos comenta, aquí fueron cuatro horas de camino hasta llegar a la comunidad)
En este mes de octubre, los días 12, 13 y 14, tuvimos la oportunidad de un encuentro con las religiosas, laicos y sacerdotes que trabajamos en el Vicariato Apostólico de Bluefields.
Nosotros los salvadoreños, llegamos una hora más tarde, y cuando entramos al salón, ya todos estaban reunidos. Eso favoreció a que, mi retina y mi corazón quedaran impresionados de la variedad de países o iglesias locales que están apoyando esta misión: paraguayos, costarricenses, nicaragüenses, españoles, brasileños, estadounidenses, colombianos, mexicanos, chilenos, guatemaltecos y tres salvadoreños. Todos hemos llegado aquí movidos por el ejemplo y las palabras de Nuestro Señor Jesucristo. Todos estamos aquí solidarizándonos con la Iglesia de la Costa Atlántica, que dicho sea de paso, está preparándose para celebrar los 100 años de estar creciendo en la zona.
No es la primera vez que estoy en medio de reuniones de misioneros, pero esta vez no se por qué, mi corazón se sentía emocionado.
En total somos 29 los sacerdotes y, aproximadamente, 60 las religiosas y laicos que trabajamos en una extensión de 60 mil kilómetros cuadrados (tres veces el tamaño de El Salvador). Algunos de ellos ya muy ancianos, pero al pié del cañón con la energía que sólo de Dios puede venir; otros recién consagrados, pero con el entusiasmo de un verdadero apóstol. Todos formando un solo equipo pastoral.
Este año, 2010, somos 13 los que nos hemos incorporado como misioneros:
1. P. Enrique, misionero español. Fue enviado a Bluefields para atender la región conocida como “los pueblos de los ríos”. Zona en donde hay varios pueblos que están creciendo y aun no tienen un sacerdote que los atienda. En uno de esos pueblos, estuvo el padre Roberto Carlos Alvarenga, celebrando la Semana Santa 2010.
2. P. Julio, misionero capuchino, enviado para apoyar a otro padre capuchino que está trabajando en un pueblo grande que se llama El Rama y que es clave, pues sirve de enlace para los pueblos del Sur y los del norte de la costa atlántica de Nicaragua.
3. Bayardo y Willian, dos diáconos del Vicariato, que en diciembre serán ordenados como sacerdotes y trabajan, uno en la catedral y el otro en Nueva Guinea, es último es el pueblo enlace entre los pueblos del pacífico y los del atlántico.
4. Juan, laico brasileño que fue enviado por su diócesis a apoyar el trabajo intenso que se realiza en Waslala, en donde sólo hay un padre y se visitan más de 150 cantones.
5. El equipo de los salvadoreños: P Roberto Carlos Molina, el seminarista René Barrera y P. Edgardo Rodríguez.
6. 5 religiosas de diferentes congregaciones que se unen al trabajo en las parroquias en donde ya está presentes otras hermanas.
¡Es una maravilla de cooperación!. ¡Así es la iglesia misionera, no se desatiende de las iglesias hermanas!
Las reuniones del clero y de todos los que trabajamos al frente de las pastorales sólo es una vez al año, pues las distancias hacen cansado y costoso estarse reuniendo más seguido.
Aunque el número de los nuevos es grande, en relación al trabajo somos muy pocos. Son impresionantes las frases que escuché en esta reunión:
- “Monseñor, necesito que se me descargue un poco el trabajo parroquial (una parroquia 4 veces más grande que la diócesis de San Vicente) para dedicarme a la traducción de los catecismos y materiales en Miskito”;
- “Monseñor: necesito que me mande un vicario pues me comienzo a sentir cansado (casi 80 años de edad y 135 cantones)”
- “Cree, padre, que me puede ayudar con una gira de mi parroquia? (un capuchino de 76 años en la parroquia más dura del vicariato)”
- “Necesito que algunos de los padres vecinos me ayuden con 2 giras misioneras de mi parroquia”. Desde Bonanza nos comprometimos a ayudarle a esa parroquia que está a 4 horas de nosotros. Se camina como 80 kilómetros para recorrer todos los cantones de cada gira. Ya con esta nueva ayudita que vamos a dar, los padre de la Diócesis de San Vicente, vamos a atender los 34 cantones nuestros, más 20 de Rosita, más 10 ó 12 de Siuna.
- “Estoy dispuesto a recibir vicario, pero recuerde que en la casa parroquial no cae agua”
- “Tenemos que reforzar la pastoral con los mestizos en X parroquia, pero no hayamos padre”
A todos nuestros hermanos laicos, jóvenes, adultos y niños les animamos a ser misioneros y a colaborar con la misión en todas partes del mundo.
A nuestros hermanos sacerdotes de la Diócesis de San Vicente, les agradecemos por el apoyo y les recordamos que esta misión es de todos nosotros.
Aquí la misionera es la Diócesis de San Vicente.
P. Edgardo Antonio Rodríguez.
